Relajación consciente

Práctica de la relajación general consciente

Savásana
Esta postura constituye una buena ilustración del espíritu que anima al yoga, y que tanto lo diferencia de la gimnasia occidental. Esta postura que consiste tan solo en estar extendido en el suelo boca arriba, perfectamente tranquilo y relajado, a pesar de la aparente sencillez de su ejecución, es considerada por los maestros del Yoga como el más difícil de los Asanas y es que para poder relajar conscientemente toda la musculatura. Es preciso haber adquirido antes el completo dominio del cuerpo y también de la mente.

Posición
La posición consciente consiste en estar extendido decúbito dorsal, los pies algo separados, dejando caer las puntas hacia fuera. Los brazos algo separados del tronco, con las palmas de las manos hacia arriba y los dedos flojos, la columna lo más plana posible, la boca naturalmente cerrada, los ojos suavemente cerrados, el rostro totalmente distendido.

Lugar
El lugar de ser tranquilo, bien ventilado y a salvo de interrupciones inoportunas. El Savásana debe ser hecho sobre una base bien horizontal, plana, relativamente dura.

Respiración
Al empezar la relajación haga siempre dos o tres respiraciones completas. Después pase a la respiración natural abdominal, sin forzarla. Esta se irá haciendo por sí misma más lenta y profunda a medida que se profundice en el estado de relajación.
No se interrumpa nunca bruscamente la relajación sin hacer antes dos o tres respiraciones profundas. El acercamiento o alejamiento del cuerpo se hace siempre mediante estos dos elementos: mente y respiración.

Actitud mental
La actitud mental, a lo largo de todas las fases de la relajación, consiste tan solo en mantener la atención perfectamente despierta y tranquila, con la idea constante de aflojar y relajar cada vez más todos los músculos del cuerpo.

Duración
Si puede mantenerse el estado mental indicado, es decir, si no se cae en la inconsciencia, puede mantenerse el ejercicio todo el tiempo que se quiera. Pero como ejercicio de descanso y recuperación, de quince a treinta minutos son suficientes. No obstante, si se dispone de tiempo, se recomienda alargar progresivamente el Savásana hasta una hora.

Efectos

• Perfecto descanso del cuerpo.
• Recuperación rápida de toda clase de fatiga.
• Mejora el funcionamiento del cuerpo en general.
• Curación de los trastornos originados por hiperactividad orgánica o tensión.
• Aumenta la energía física y mental.
• Tranquiliza, aclara y profundiza la vida afectiva.
• Descanso de la mente.
• Serena, aclara y profundiza la vida mental.
• Se descubren nuevos estados subjetivos: interiorización.
• Se facilita, debido a quitar los obstáculos, la eclosión de una conciencia superior: elevación.

Fenómenos que pueden presentarse durante la relajación

Durante la práctica de la relajación pueden presentarse algunos fenómenos que, si bien no suelen tener consecuencias, no deja de asustar o desconectar al participante. Veamos los más frecuentes:

1. Pequeña sacudida de las extremidades: puede ser debido a un estímulo de corriente nerviosa o a estacionamientos pránicos que dificultan su circulación.
2. Fenómenos sensoriales subjetivos: a determinadas personas le ocurre que al estar quieta o tranquilas, empiezan a ver caras paisajes, etc. Esto es debido a que no se ha conseguido mantener la actitud mental positiva. Cuando la mente está ocupada en algo definido, no hay lugar para visiones de ninguna clase.
3. Fenómenos de movimientos: Algunas personas suelen sentir como si el suelo se balanceada o como si todo empezara a girar. Esto es porque se ha dejado de estar atento por un momento.
4. Fenómenos de inmovilización: si debido también a unos minutos de ausencia mental le parece encontrarse incapaz de moverse haga lo siguiente: tranquilícese, aumente poco a poco las sucesivas inspiraciones, hago un par de respiraciones profundas y abra los ojos.

Relajación en la vida diaria

Un poco de autoobservación en el transcurso del día le permitirá ver enseguida la enorme cantidad de energía que se consume a diario con tensiones musculares perfectamente inútiles, que se están haciendo en cada momento. Estas tensiones son siempre producto de un malestar físico, de tensiones emocionales o mentales.

Esta actitud viciada, además de la fatiga inútil que produce, dificulta la elasticidad y agilidad de los movimientos físicos y entorpece la fluidez psíquica del pensar, del sentir y del reaccionar. La práctica sistemática de la relajación dará el dominio suficiente para evitar, por completo, también durante el día de todas estas tensiones. La desaparición de las tensiones inconscientes durante el día produce los diversos efectos que ya hemos mencionado: aumenta el rendimiento y eficiencia de toda nuestra actividad, tanto interior como exterior, y nos capacita para aprender a sentir y a gozar, cada vez más, todas las pequeñas cosas de la vida diaria que están llenas de mensajes vivos de alegría y serenidad. 

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